«Actuar significa decir ‘no’ a la indiferencia… Es una elección: apoyar o no a una mujer, protegerla o no, defender sus derechos o no»
Dr. Denis Mukwege
Cada año entre 50.000 y 100.000 mujeres y niñas de todo el mundo se ven afectadas por la fístula obstétrica, por lo que se calcula que entre 2 y 3 millones de mujeres viven actualmente con esta enfermedad. La fístula representa una carga en casi 60 países, casi exclusivamente en el África subsahariana y el Asia meridional, y es responsable del 6% de todas las muertes maternas. Aunque ya son elevadas, estas cifras también están muy subestimadas e infravaloradas, lo que significa que la carga creada por esta afección es mucho mayor.
Entonces, ¿qué es exactamente una fístula obstétrica? Si es la primera vez que se escuchas el término, no estás solo, ya que la fístula es una condición de pobreza, y afecta casi exclusivamente a las mujeres y niñas que viven en las zonas rurales de los países de bajos ingresos.
La fístula es un agujero que se forma entre el tracto genital y el recto o el tracto urinario como resultado de la presión creada en los órganos circundantes. Esta abertura da lugar a una incontrolable fuga de orina o heces y crea severas heridas de quemadura en las piernas e incluso puede provocar daños en los nervios. La fístula tiene dos causas principales; el parto obstruido que dura varios días en el que el bebé presiona contra los órganos, creando un agujero, o en el caso de una fístula traumática, el agujero se forma como resultado de la violencia sexual y la violación, agravado por el empuje de objetos en la vagina. La fístula traumática es especialmente frecuente en zonas de conflicto, donde se ha utilizado como arma de guerra.
La fístula no sólo puede dar lugar a la eventual pérdida de movilidad y de medios de subsistencia, debido a la falta de comprensión médica de la afección, sino que a menudo va acompañada de consecuencias sociales igualmente debilitantes. La constante fuga resultante de la afección produce un fuerte olor, que algunas comunidades han atribuido a la brujería, lo que hace que las mujeres y niñas afectadas sean marginadas y desterradas por sus comunidades. Estas mujeres también suelen ser abandonadas por sus maridos y familias, lo que las sume en un aislamiento total y las deja social y físicamente incapaces de obtener ingresos y sobrevivir por sí mismas.
Entonces, ¿por qué entonces, esta condición que es tan indiscutiblemente prevalente y devastadora es a menudo pasada por alto? ¿Por qué tenemos declaraciones sobre los derechos de salud sexual y reproductiva si simplemente se van a ignorar? Como la fístula obstétrica se reconoce casi exclusivamente como un problema descuidado de los pobres, a menudo se olvida. Y como la condición ha sido silenciada por la literatura científica, a menudo se deja fuera de las intervenciones de salud pública y humanitarias.
Aunque esta condición está acompañada de muchas realidades perturbadoras, me gustaría dejaros con algo bueno:
Lo primero es que la fístula es completamente evitable. Como suele ser el resultado de un matrimonio y una maternidad precoces, de la malnutrición y del escaso acceso a la atención de la salud reproductiva, abordar estos factores puede reducir en gran medida la incidencia. Lo segundo es que es completamente curable a través de la cirugía. Se calcula que cuesta entre 100 y 400 dólares por procedimiento, aunque está fuera del alcance de la mayoría de las mujeres afectadas, este costo es razonable a través de la ayuda. La última cosa buena que me gustaría dejaros es el recordatorio de que tenemos la simple pero poderosa herramienta de la educación, y a través de la educación tanto de nosotros mismos como de la concienciación de los demás, podemos cambiar la realidad de estas mujeres y niñas que con demasiada frecuencia son dejadas en silencio.
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